lunes, 17 de septiembre de 2007

Igualdad.

En esta nueva era, en la cual las mujeres adquieren un protagonismo cada vez mas incipiente en las esferas del poder político, y en la dirección de las empresas del sector público y privado, conformando un creciente poder laboral es que no podemos darle la espalda al problema de la discriminación de la mujer.

Debemos aprovechar el lugar de privilegio que tanto esfuerzo nos ha costado lograr, y facilitar el camino para aquellas mujeres que están iniciándose en sus carreras profesionales y laborales. Es por ello, que de manera urgente debemos trabajar en lograr igualdad de posibilidades entre hombres y mujeres.

No es posible que transcurridos siete años desde la llegada del nuevo milenio, todavía tengamos un situación tan dispar como la licencia por maternidad, en donde, si bien por una lado es justa y necesaria, también nos excluye.

Es decir, en más de una ocasión, sobre todo en mujeres jóvenes y valientes que están comenzando un doble desafío, el de crecer profesionalmente criando una familia, quedan excluidas del sistema cerrándoseles muchas puertas por la licencia por maternidad, ello es sólo un ejemplo del por qué debemos integrar al hombre, e igualar las ventajas y desventajas.

Debemos, y reitero, para dejar de ser discriminadas, promulgar una igualdad legal en la que los hombres reciban los mismos días de franco que las mujeres, entendiendo así una situación más equitativa y objetiva frente a la elección laboral.
Y nada mejor para defender nuestros derechos que asirnos de mujeres capaces y emprendedoras, en puntos clave para lograr dichos cambios.

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